o sé si te pasa, pero a veces la vida se pone tan ruidosa que uno se desconecta sin darse cuenta. Te despiertas, corres, cumples, te acuestas... y entre medio, te olvidas de algo esencial: tu centro.
En mi caso, encontré una forma de volver a él. Y aunque puede sonar simple, encender una vela, sacar una carta del oráculo y sentarme frente a una figura de Buda ha sido uno de los actos más potentes que hago por mí mismo.
Hoy quiero compartirte cómo armo mi momento sagrado, y tal vez inspirarte a crear el tuyo.
🔮 El oráculo: una conversación íntima contigo misma
No se trata de “adivinar el futuro”. Al menos no para mí.
Los oráculos me ayudan a leer lo que a veces no quiero mirar. Una palabra, una imagen o una frase pueden abrir una puerta interna que me estaba costando abrir.
Cuando saco una carta, lo hago con una pregunta sencilla:
¿Qué necesito ver hoy que estoy ignorando?
A veces, la respuesta incomoda. Otras, me abraza. Pero siempre me deja algo.

🕯 La vela: ese fuego que sostiene la intención
Mientras saco la carta, siempre tengo una vela encendida.
Para mí, no es solo “para ambientar”. Es una forma de traer luz al momento. De marcarle al universo que me estoy tomando un minuto para mí.
Hay algo mágico en mirar una llama quieta. Me baja la ansiedad, me centra, me recuerda que estoy acá, respirando.

Uso velas con propósito: de limpieza, de gratitud, o simplemente de energía suave. Me gusta mucho la vela arena perlada, que tiene una textura preciosa y dura un montón.
🧘♂️ El Buda: presencia silenciosa que acompaña
Puede que no te identifiques con el budismo. Yo tampoco sigo nada al pie de la letra. Pero tener una figura de Buda en mi espacio es como tener a alguien que te recuerda quedarte en calma.
No dice nada. No hace nada. Solo está.
Y en ese estar, uno se contagia.
A veces, mientras hago mi ritual, simplemente miro su expresión. Y es como si me dijera: estás bien, no necesitas nada más que este momento.

Hay budas para todos los gustos: con manos en mudra de sabiduría, con sonrisa serena o simplemente con mirada interna. Elige uno que vibre contigo.
✨ Crear tu rincón no es moda. Es autocuidado.
Te comparto esto porque sé que muchas veces creemos que para sentirnos mejor necesitamos hacer grandes cosas. Y la verdad, basta con crear un pequeño espacio que sea solo tuyo.
Un lugar al que puedas volver cada vez que sientas que te perdiste un poco.
No necesitas mucho:
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Una vela que represente tu intención.
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Un oráculo que te hable desde el alma.
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Una figura que te recuerde estar presente.
Productos que no solo decoran, sino que transforman tu energía.